Y cuando menos te lo esperas, el amor, te envuelve,
una sonrisa y la locura de tu alma se apodera,
un suspiro y tu vida de repente se enciende,
un beso y tu cuerpo de pasión ya desespera.
Bandolera mía, ayer el corazón tú me robaste,
mi pasión desencadenaste sin darme explicación.
Sin quererlo con tus dulces palabras me atrapaste,
a cada paso, tus risas inocentes nublaban mi razón.
Déjame ahora que yo sin límites pueda amarte.
Abrázame con tu cariño, rodéame con tu ternura.
Déjame que te sueñe en silencio para recordarte.
Dame tus besos sin rozarme, enciérrame en tú frescura.
!Oh destino cruel! que caprichoso e insensato eres,
del cielo al infierno, nuestro espíritus no muevas.
No nos des y nos quites el amor pues con ello nos hieres,
!Quédate quieto!, no nos maltrates cuando quieras.
Eu
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